El sur de España se desertizará si no se reducen las emisiones. FUENTE: EL PAIS
La
estrecha franja verde del norte de África desaparecerá engullida por el
desierto. Los bosques de hoja caduca quedarán arrinconados en las
cumbres más altas. Y un tercio de España será tan árido como lo es hoy
el desierto de Tabernas, en Almería, si no se reducen las emisiones de
CO2. No se trata de una maldición bíblica sino de las conclusiones de un reciente estudio sobre el impacto del cambio climático
en la cuenca mediterránea. Unos paisajes que apenas han cambiado en
10.000 años, se verán alterados en lo que dura una vida humana.
"Aunque se cumplan los objetivos del acuerdo de París, los paisajes mediterráneos cambiarán, los biomas más secos avanzarán hacia el norte", dice el investigador del Centro Europeo de Investigación y de Enseñanza de Geociencias Ambientales
(CEREGE), el francés Joel Guiot. En la última cumbre sobre el cambio
climático, en diciembre del año pasado, 195 países se comprometieron a
que el ascenso de la temperatura se quedara entre 1,5º y 2º a final de
siglo. "En caso contrario, los cambios serán mayores y la proporción de
áreas afectadas será más grande que en ningún otro periodo de los
últimos 10.000 años", añade.
Guiot es paleoecólogo. El año pasado publicó una completa reconstrucción del paisaje del área mediterránea durante todo el Holoceno,
la actual época geológica nacida tras la última gran glaciación y que
ha sido testigo del ascenso de los humanos. Para su reconstrucción, usó
decenas de miles de muestras de polen atrapadas en sedimentos. "El polen
ofrece un archivo único sobre las dinámica histórica de la vegetación",
explica.
Sobre ese pasado, y junto a su colega Wolfgang Cramer, Guiot ha
modelado cómo serán los distintos paisajes mediterráneos al acabar el
siglo. En su trabajo, publicado en Science,
han vuelto a confirmar algo ya comprobado en anteriores estudios: la
zona mediterránea se calienta más que la media del planeta. Así, desde
inicios de la Revolución Industrial, mientras el ascenso térmico global
ha sido de 0,85º, en los países de la cuenca mediterránea ha alcanzado
los 1,3º. Otra de sus conclusiones confirma que las medias anormalmente altas de lo que va de siglo nunca se habían visto en todo el Holoceno.
En cuanto a la distribución futura del bosque mediterráneo, de las
zonas de arbusto o semiáridas que conforman los muchos paisajes
mediterráneos, el estudio muestra que aún cumpliendo los objetivos del
acuerdo de París se producirá un fenómeno de traslación al norte y a
zonas más elevadas. Solo si se baja de los 1,5º, el Mediterráneo
seguiría tal como ahora.
Según lo firmado en París, las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI) seguirán aumentando hasta mediados de la década que
viene para, en 2030 como máximo, ir reduciéndolas hasta niveles del
siglo pasado o, cuando no sea posible, mitigadas con medidas para
retirar CO2 de la atmósfera. Pero si eso no se consigue, el peor
escenario proyectado por los climatólogos estima una concentración de
CO2 tres veces mayor que la actual de 400 partes por millón y un ascenso
de las temperaturas medias por encima de los 4º. En ese caso todo el
tercio sur de España estaría dominado por un paisaje árido.
"Los compromisos de París, si se cumplen, nos llevan a una
temperatura cercana a los 3º, eso significan cambios muy notables en
nuestro entorno", comenta el catedrático de la Universidad de
Castilla-La Mancha, José Manuel Moreno Rodríguez. Para este ecólogo, uno
de los investigadores españoles del Panel Intergubernamental de
Expertos en Cambio Climático de la ONU, "un incremento de temperaturas
de 4 grados es un cambio brutal, sería traer Casablanca a Madrid".